Revisa tu mente y la de tus hijos

Alicia Catalá Seguí

—Yo no sé qué hago aquí en su consulta. Mi mujer no hace más que decirme “tenemos que ir al psicólogo a que vean al niño”. Pero yo le voy a ser muy sincero… mire… a mí nunca me han llevado a ningún psicólogo y mire lo bien que he salido…

Mercedes miró a su marido con gesto de pocos amigos. Levantó las cejas mostrando asombro y añadió:

—Antonio, por favor, hace muchos años se tenía un concepto de ir al psicólogo como algo raro, donde solo iban las personas que no estaban bien de la cabeza, ahora es diferente, ¿si vas al dentista para hacerte limpiezas, por qué no al psicólogo antes de que se te ensucie la mente?

 Antonio era un hombre de aspecto trabajador, honesto y franco en sus palabras. Con sus 40 años, sus dos hijos y su esposa, había conseguido muchas cosas en la vida. Su única idea era crear una familia estable y para ello había tenido que dedicar muchas horas de esfuerzo. Apenas tenía fuerzas para educar al llegar a casa y estaba convencido que su esposa era el elemento perfecto para que sus hijos salieran sanos y equilibrados. Nunca imaginó que la tutora de su hijo Andrés de 10 años, los llamara para presentar una preocupación.

—Señor Antonio y Sra. Mercedes, su hijo está mostrando déficit de atención, tiene conductas alteradas y no sabemos a qué obedece. Le aconsejamos se dirijan a un profesional para que nos indique qué está pasando y qué pautas debemos seguir.

 Este es un ejemplo de tantos. Todos pasamos por etapas en la vida de confusión, preocupaciones o problemas que nos cuesta resolver como consecuencia de ciertos bloqueos emocionales que nos impiden ver con claridad y de forma objetiva la situación en concreto.

Resulta complicado para algunas personas dar el primer paso y acudir a una consulta psicológica, a otras no.

Sin embargo, existen muchas razones por la que una persona decide ir a terapia, incluso sin ocurrirle nada importante; como método preventivo, por analizarse, por descubrir su personalidad, por aprender a mejorar, por ser escuchado y comprendido y no solo porque no se encuentra a gusto consigo mismo o presenta unos síntomas de ansiedad, estrés o depresión entre otros.

Los padres deciden “revisar las mentes” de sus hijos para saber por dónde van en su evolución, para saber sus características y principalmente para poder ayudarles en su crecimiento.

Las parejas solicitan ayuda para aprender a convivir, a querer, a respetar, a dialogar, a solucionar y a gestionar.

Si somos capaces de cuidar nuestro cuerpo, debemos ser capaces de cuidar nuestra mente. ¿Dónde vas cuando lo que te duele son tus pensamientos, tus emociones, el alma o el corazón?

Y recuerda… que ir al psicólogo no es estar loco. Ir al psicólogo es cuidar de tu salud mental.

Revisa tu mente y la de tus hijos

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *