La Paciencia, ¿cómo crearla?

Alicia Catalá

En el capítulo anterior vimos el beneficio de la Paciencia como una reflexión importante para nuestro crecimiento personal, una forma sabia de usar la inteligencia.

Hoy vamos a saber cómo crearla.

  1. Lo primero que debes hacer es pararte a reflexionar sobre la pregunta que te voy hacer: ¿en qué momento de tu vida tuviste paciencia y esa paciencia te llevo al éxito o a salir de una situación de forma inteligente? Busca en tus recuerdos. Si has conseguido encontrar ese o esos momentos, revívelos con intensidad, recuerda tu imagen y lo que obtuviste al actuar con paciencia en esa situación. Recordar los momentos en los que actuaste con mayor sentido común, gracias a la paciencia que tuviste, beneficia a tu mente. Si no has encontrado recuerdos porque nunca cultivaste la Paciencia, indica que debes cuestionarte que ya va siendo hora.
  2. Razona y comprende que la persona impaciente suele ser inmadura en algunos aspectos de su vida. La impulsividad le pierde. Todo el sentido común que puede mostrar en alguna situación, se ve por los suelos en el impaciente siendo sus frases preferidas: ¡Hombre, es que ya está bien! ¡Me pone de los nervios! ¡La paciencia no va conmigo! ¡No me digas que tenga calma que me alteras aún más! ¡La paciencia tiene un límite!
  3. Ser paciente no quiere decir “aguantar” ni “callar”. El paciente también sabe poner límites, es una cuestión de saber gestionar solamente usando la inteligencia.
  4. Piensa que la paciencia nos ayuda a desarrollar una sensibilidad que nos permite identificar problemas, contrariedades, frustraciones y sentimientos, con la finalidad de reflexionar sobre ellos y tramitarlos internamente para lograr cursarlos de la mejor manera.
  5. Pero, ¿la paciencia tiene un límite? No. El límite de la paciencia lo ponemos nosotros para justificarnos cuando ya no sabemos cómo actuar y nos dejamos llevar por el impulso porque ya estamos cansados, hartos y desequilibrados emocionalmente.
  6. Al principio del entrenamiento, cuando consigas tener paciencia, después deberás liberarte de la tensión acumulada de alguna forma. Busca alguna actividad que te relaje, haz deporte, habla de ello con alguien que sepa valorar tu esfuerzo y sobre todo reflexiona sobre lo acontecido.

Y no olvides que es una cuestión de entrenamiento. Prueba con pequeños logros para poco a poco ir aumentando tus objetivos.

Y recuerda que la Paciencia se desarrolla más fácilmente si te das tiempo para ello… no te castigues si no te sale a la primera. Piensa que siempre tienes la opción de “si la pierdes… te disculpas».

La Paciencia

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