Día Mundial de la Diabetes

Ana-Bell Ferrer Gómez

¿DIABULIMIA? ¿Dia qué?

Aunque su nombre nos resulte muy extraño, cada vez es más frecuente la asistencia de pacientes a las consultas de psicología por este padecimiento. La DIABULIMIA es un trastorno alimentario que puede afectar a las personas con Diabetes Tipo I. Se caracteriza por una reducción de la ingesta de insulina para perder peso. Está considerado como un trastorno de patología dual al ser posibles los dos diagnósticos: Diabetes y Bulimia. Cualquiera de ambos diagnósticos puede aparecer previamente sobre el otro.

Normalmente se inicia en la adolescencia. Las personas que lo padecen con más edad, lo habrán iniciado en etapas anteriores. Existe un mayor riesgo desde los 12 a los 25 años y en el sexo femenino, aunque con mayor frecuencia aparece entre los 12 y 17 años. Sin embargo, en los últimos años, se ha podido observar también el trastorno en edades inferiores.

Este trastorno se identifica por la omisión de insulina para controlar el peso. Por tanto, puede convertirse en un trastorno que puede llegar a provocar hasta la muerte en el peor de los casos, ya que las personas que necesitan la insulina, puesto que padecen la Diabetes Tipo I, se saltan o dejan de administrarse las dosis necesarias.

Debido a las exigencias de nuestra sociedad actual y la importancia de la imagen que vendemos a los demás, sobre todo con el crecimiento de las redes sociales, cada día más, el aspecto físico es la errónea carta de presentación. En este trastorno diabulímico, los jóvenes dejan de administrarse su insulina para perder peso, aunque estén jugando con su salud. Por ello, aunque existe un problema médico real como es la falta de insulina en el organismo de aquellos que padecen este trastorno, existen otras variables que modulan y pueden convertir la Diabetes en DIABULIMIA como la baja autoestima, problemas escolares, conflictos personales, carencias afectivas, sensación de descontrol, perfeccionismo y autocastigo, problemas con su sexualidad, sentimientos de vacío,  insatisfacción con su imagen corporal y socialización perturbada entre otros factores cognitivos.

En muchos de los jóvenes que padecen DIABULIMIA hemos visto que existen otros factores de riesgo como un ideal de belleza extremo con la delgadez, preocupación por la cantidad de grasas ingeridas, conflictos parentales y familiares, crianza difícil, psicopatología de los padres, abuso sexual, físico o psicológico y una preocupación en el entorno familiar por el peso.

Como prevención para la DIABULIMIA, es imprescindible mantener un buen estado físico, una dieta saludable, realizar algún tipo de actividad física de forma continuada y conservar un entorno socio-familiar sano. Por supuesto, seguir las indicaciones y adherencia del tratamiento de la insulina. Es necesario para mantener los beneficios a largo plazo, recuperando un buen estado psicológico a través de la terapia individual, familiar o grupal.

Mientras tanto, debemos vigilar a nuestros adolescentes. Es importante ayudarles y apoyarles en su crecimiento y más cuando padecen alguna enfermedad como la diabetes. Como sabemos, la adolescencia es una etapa también difícil por los cambios que produce en el desarrollo tanto físico como psicológico y personal. Podemos cambiar algunos hábitos, como convertir la hora de la comida en un acto familiar de comunicación donde no existen los móviles, favorecer el respeto mutuo a través del ejemplo, colaboración e integración grupal e incrementar la constancia y el esfuerzo diario recordándoles a nuestros jóvenes que somos modelos a seguir, pero eso sí; ¡seamos!

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