El Síndrome del Emperador. Hijos Tiranos
Alicia Catalá
¿Tu hijo te lleva ventaja y es el amo de la casa? ¿Le gusta mandar, no atiende a las normas, es un desobediente, ves como maneja tu vida y ha llegado a pegarte o lo ha intentado? ¿Está convencido de que él puede dominar, elegir, dictar las normas y que puede hacer las cosas según le apetezca? Si tus respuestas son afirmativas, estás ante un hijo tirano, el denominado Síndrome del Emperador.
Debes saber:
- Este Síndrome del Emperador también es denominado en psicología como Trastorno Oposicionista Desafiante, cuando ya se ha vuelto enfermizo.
- Estos comportamientos de chantaje emocional, llantos, rabietas, gritos, golpes, etc., provocan, en algunos padres, actitudes de permisividad, provocando que el niño obtenga todos sus placeres. Grave error.
- Afecta a toda la familia creando situaciones de estrés que desembocan en depresión y angustia vital.
- Este síndrome suele aparecer en los niños alrededor de los 5 años, por lo que deberíamos plantearnos cómo gestionar las rabietas antes de esta edad y si no sabemos qué hacer, hay que visitar a un profesional que nos asesore.
- Son los futuros adolescentes egoístas, maleducados y déspotas, por consiguiente, futuros adultos engreídos, soberbios, problemáticos, agresivos y manipuladores.
- Recordar que los comportamientos de la infancia se arrastran a la etapa adulta.
- Desde pequeños su único objetivo es conseguir todo lo que desean con unos niveles de tolerancia bajo cero.
- Las causas están relacionadas con factores biológicos, educativos y psicosociales y no solo por tener unos padres permisivos y consentidores, pero bien es cierto que la permisividad lleva a la tiranía en un futuro próximo. Cada familia es un mundo.
- Son niños que no han aprendido el autocontrol y no han tenido límites bien definidos.
- Puedes saber si eres permisivo y no marcas límites si haces lo siguiente con tus hijos:
- Lo castigas y no lo cumples.
- Le permites que haga lo que quiera y cuando quiera.
- Por no oír sus gritos le compras o le das lo que ha pedido.
- Le consientes que ponga el canal de televisión que a él le gusta, aunque no sea el adecuado.
- Le sigues limpiando tú cuando termina de hacer sus necesidades y ya es mayorcito.
- Le permites que se acueste a la hora que desea.
- Come lo que pide y si no le gusta lo que hay le haces otra cosa.
- Le gritas, le pegas y después le pides perdón abrazándole y suplicándole.
- Consientes que te levante la voz y que tome el mando de tu vida sin recordar que el adulto que educa eres tú y no él.
- Si os habéis divorciado y terminas comprándole todo lo que te pide porque tienes miedo de que deje de quererte.
- Si le dedicas poco tiempo de calidad a tu hijo y luego le concedes sus caprichos para compensar.
- Si no controlas a los abuelos cuidadores del niño que permiten sus conductas tiranas porque quieren darle a su nieto todo aquello que ellos no pudieron tener.
Cómo prevenir:
- Cuando veas talleres, cursos, artículos, libros, etc. sobre “Cómo desarrollar la Inteligencia Emocional de nuestros hijos”, no dudes en acudir o leer sobre el tema.
- Debes dar ejemplo con el diálogo y el razonamiento.
- Deja de gritar.
- Aprende a escuchar y a respetar a tu hijo para que él haga lo mismo.
- No toleres nunca la violencia y descubre sus mentiras.
- Márcale pautas de conducta y horarios para que cree una disciplina.
- Los “noes” tienen un por qué y los “síes” también. No es solo ¡porque lo digo yo!
- Acude a un profesional para que te indique las pautas a seguir.
Y recordar que “los gritos no educan, ensordecen el corazón, cierran el pensamiento y destruyen el respeto volviéndote violento”
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